Dirigir un salón de manicura puede ser un negocio gratificante y rentable, pero es esencial conocer bien los costes reales. Aunque los gastos iniciales, como el alquiler y los suministros, son obvios, hay muchos costes ocultos que pueden reducir los beneficios si no se tiene cuidado. Por desgracia, muchos propietarios y propietarias de salones fijan precios demasiado bajos y no cubren esos costes ocultos. En este artículo, vamos a desglosar los gastos menos obvios de la gestión de un salón de manicura. ¡Quizá es el momento de reconsiderar tu estrategia de precios!
El coste de gestionar un salón de manicura va mucho más allá del precio del esmalte y las limas de uñas. Para garantizar la rentabilidad, hay que tener en cuenta todos los gastos -tanto visibles como ocultos- que hacen que el negocio funcione sin problemas. A la hora de fijar los precios, muchos propietarios y propietarias de salones se centran sólo en los costes inmediatos, lo que puede llevar a infravalorarlos. Sin embargo, para mantener un buen margen de beneficios, es fundamental tener en cuenta todos los aspectos del negocio.
Si no se reconocen y contabilizan estos costes, puede resultar difícil mantenerse a flote, por no hablar de hacer crecer el negocio. Si conoces todos los gastos de tu salón de manicura, te asegurarás de que los precios reflejen el valor real de tus servicios.
Los salones de manicura dependen de una gran variedad de productos, como esmaltes, geles, acrílicos, herramientas y material sanitario. Aunque es tentador recortar gastos y elegir opciones más baratas, ofrecer productos de alta calidad es esencial para que los clientes estén contentos y vuelvan.
Sin embargo, el coste de estos productos de primera calidad puede aumentar rápidamente. Las marcas de primer nivel suelen tener un precio elevado, e incluso los productos de uso diario, como limas de uñas, pulidores y desinfectantes, deben sustituirse con regularidad. Además, productos como el aceite para cutículas, las lociones y los esmaltes de acabado deben renovarse continuamente, y los precios de los suministros a menudo fluctúan debido a las condiciones del mercado.
Si tus precios no tienen en cuenta el coste de mantener este alto nivel, es posible que apenas llegues al punto de equilibrio o, peor aún, que pierdas dinero con cada servicio.
Tu personal es uno de sus mayores activos, pero también representa un coste importante. Los técnicos de uñas cualificados son vitales para ofrecer servicios de calidad, y mantenerlos contentos significa pagarles salarios competitivos. Sin embargo, los salarios son sólo el principio.
Más allá del pago por hora o las comisiones, hay otros costes relacionados con el personal que hay que tener en cuenta, como:
Si los precios son demasiado bajos, puede resultar difícil pagar a los empleados de forma justa sin dejar de obtener beneficios. Para retener a los mejores talentos y ofrecer un nivel de servicio constante, debes asegurarte de que tus precios reflejen estos gastos corrientes.
Aunque el alquiler es uno de los costes fijos más obvios para cualquier empresa, los gastos generales asociados -como los servicios públicos y el mantenimiento- a menudo pueden pasar desapercibidos hasta que empiezan a afectar a sus márgenes de beneficio.
1. Alquiler
La ubicación de tu salón de manicura influye mucho en el precio del alquiler. Las ubicaciones privilegiadas en zonas concurridas pueden atraer más tráfico, pero tienen un precio más elevado. Asegurarte de que tu estrategia de precios cubre este coste es vital para mantener el negocio.
2. Servicios públicos
Las facturas de electricidad, agua y calefacción o aire acondicionado se acumulan, sobre todo si tu salón utiliza muchos equipos que funcionan durante muchas horas. Una buena iluminación es esencial en un salón de manicura, y equipos como las lámparas UV y los esterilizadores consumen mucha energía.
3. Mantenimiento
El mantenimiento regular del salón, desde la sustitución de sillas rotas hasta el correcto funcionamiento de las cañerías, es otro coste oculto. Con el tiempo, el desgaste del entorno del salón exigirá una inversión para mantener un ambiente limpio, profesional y acogedor.
Si tus precios no reflejan estos costes continuos, puede que te resulte difícil hacer frente a las reparaciones o mejoras necesarias, lo que afectará a la experiencia del cliente.
Para abrir un salón de manicura hace falta algo más que una licencia comercial. Dependiendo de tu ubicación, también puedes necesitar varios permisos, certificaciones sanitarias y de seguridad, y el cumplimiento de la normativa del sector. Esto puede incluir controles sanitarios, licencias de cosmetología y requisitos de formación continua para el personal.
Además, si no cumples la normativa, las multas o sanciones pueden aumentar aún más tus costes. Estas tasas tampoco son gastos puntuales: la mayoría deben renovarse periódicamente, lo que incrementa los costes operativos a largo plazo.
Si tus precios no tienen en cuenta estos gastos relacionados con el cumplimiento de la normativa, tu cuenta de resultados podría verse afectada negativamente.
Muchos salones de manicura no tienen en cuenta los costes asociados a la captación y fidelización de clientes. El marketing es un gasto continuo, tanto si inviertes en anuncios online como si realizas promociones o mantienes tu presencia en las redes sociales.
Los costes de captación de clientes incluyen:
Si tus precios no tienen en cuenta el coste de atraer y retener clientes, es posible que tus esfuerzos de marketing se estén comiendo tus beneficios.
Los salones de manicura necesitan una serie de herramientas y equipos que hay que mantener, reparar o sustituir con el tiempo. Las lámparas UV, los sillones de pedicura, las fresadoras de uñas y otros aparatos sufren desgaste. El uso regular provoca averías y los equipos anticuados pueden afectar negativamente a la experiencia del cliente.
También es necesario actualizar los equipos a medida que surgen nuevas tecnologías o tendencias. Por ejemplo, cambiar a herramientas más eficientes o de alta tecnología puede mejorar la calidad de tus servicios, pero estas actualizaciones tienen un coste. Si no lo tienes en cuenta a la hora de fijar los precios, puedes tener dificultades para permitirte estas inversiones esenciales en tu salón.
Si tenemos en cuenta todos los costes ocultos -suministros, salarios, alquileres, marketing, equipos-, es muy probable que tus precios no sean lo suficientemente altos como para cubrirlo todo, sobre todo si has fijado tus tarifas basándose únicamente en gastos directos como productos y mano de obra.
Fijar precios demasiado bajos no sólo disminuye tus márgenes de beneficio, sino que también puede devaluar tus servicios a ojos de tus clientes. Si ofreces servicios de alta calidad a un precio demasiado bajo, los clientes pueden pensar que la calidad no es tan alta como parece. Por otra parte, los clientes que están dispuestos a pagar por servicios de lujo pueden buscar en otra parte si perciben que tu salón es «demasiado barato».
Una vez identificados los costes ocultos de un salón de manicura, es hora de actuar y ajustar los precios. A continuación te explicamos cómo puedes hacerlo sin alejar a las clientas:
1. Reevalúa tu actual estructura de precios
Empieza por calcular tus costes reales, incluidos todos los gastos ocultos. Esto te dará una idea clara de cuánto debes cobrar para mantener la rentabilidad. Asegúrate de tener en cuenta el crecimiento: fijar tus precios basándote únicamente en cubrir los costes actuales podría dejarte en la misma situación dentro de un año.
2. Sube los precios de forma estratégica
En lugar de dar un salto drástico en los precios, considera la posibilidad de subirlos gradualmente. Puedes empezar por los servicios más populares u ofrecer precios escalonados en los que los servicios premium reflejen los mayores costes asociados a ellos.
3. Comunica el valor a tus clientes
Al subir los precios, es esencial comunicar el valor de lo que ofrece. Haz saber a los clientes que el aumento es necesario para mantener la calidad que esperan, ya sean mejores productos, equipos actualizados o un servicio más personalizado.
Dirigir un salón de manicura implica más de lo que parece. Aunque algunos gastos son obvios, muchos costes ocultos pueden pasar factura a tu cuenta de resultados si no los contabilizas adecuadamente. Si conoces los costes reales de tu negocio y te aseguras de que tus precios los reflejan, podrás mantener la rentabilidad sin dejar de ofrecer servicios de alta calidad.
Si crees que tus precios son demasiado bajos, ahora es el momento de reevaluarlos y ajustarlos. Un aumento estratégico de los precios no sólo te ayuda a cubrir tus costes, sino que también posiciona tu salón de manicura como un proveedor de servicios de alta calidad.