¿Estás pensando en dar un paso audaz en tu carrera para dejar atrás tu trabajo actual y trabajar en la industria de la belleza y el bienestar como estilista, colorista o proveedor de bienestar?O tal vez conoces a alguien que se hace la misma pregunta pero en lo que respecta a la estética porque necesita un nuevo comienzo, y ser manicurista podría ser una buena opción.Bueno, eso es lo que pensaba una de nuestras emprendedoras más exitosas antes de dar un gran salto de fe para encontrar la autonomía y el orgullo en su trabajo que había estado buscando.
La decisión de Carla Marín de dedicarse a la estética vino de muy joven. Tenía 17 años cuando, inspirada por su padre que era peluquero, decidió dedicarse a la estética y trabajar con él. Para Carla ese no sería el fin del camino. Desde muy joven sería capaz de armar su cartera de clientes. Sin embargo, luego de un tiempo de dedicarse solo a estética, se percató de que su verdadera pasión sería ser artista de uñas.Su comienzo en las uñas no fue estudiado sin embargo, Carla nos cuenta que su tía hacía uñas de acrílico y que fue quien la enseño a colocar tip blanco y acrílico transparente. Entre risas, nos comenta que en sus inicios podía tardar hasta cinco horas colocando acrílico. Todo por su atención al detalle y perfeccionismo desde el principio.Percatándose del gusto que tenía por las uñas, decidió desviarse un poco de la estética para enfocarse casi de lleno a ser manicurista.
Pero no todo era rosas. Carla nos cuenta que empezó en un pequeño espacio en el que tenía una mesa y una silla con ruedas que giraba para dividirse entre hacer estética y limpieza y/o uñas dependiendo de la clientela que tuviese. Empezando hace casi 10 años, Carla también se enfrentaba al desafío de que en ese momento, el arte de uñas que existía era muy simple.Con el apoyo de su hermana, quien es artista de tatuajes, Carla empezó a desarrollar diseños distintos consiguiendo poco a poco su identidad, además de hacer cursos con los que fue conociendo distintas técnicas y desarrollando el estilo por el que es conocida hoy en día.
"Booksy lo tiene todo, atención al cliente increíble, sencilla de utilizar y sobre todo, te hace el trabajo mucho más fácil".
Reconociendo su talento, una cliente preguntó a Carla si hacía cursos y, sin tener experiencia en el campo, aceptó. Sin darse cuenta, había abierto una vocación que haría que su negocio tuviese un crecimiento exponencial. Así, luego de obtener su primer local con ayuda de su padre, empezó a crecer su negocio.Carla sintió la necesidad de hacerse formadora de forma casi exclusiva para compartir el conocimiento que tanto la llenaba y que tanto le apasionaba y así fue como comenzó su academia y tienda de productos, Academy Nails & Shop Carla Marín con la que es conocida en toda España.
Antes de poder usar las facilidades de Booksy, Carla usaba la agenda de su móvil para compaginarse entre ambas cosas. Sin embargo, se dio cuenta de que era muy difícil mantener el control de sus citas y de su agenda en general. Había probado otros sistemas que tampoco le habían funcionado. Pero con la ayuda de Jimena Nails, su amiga y también embajadora de Booksy pudo probar la aplicación y... el resto es historia.Para Carla, usar Booksy ha sido un antes y un después en su negocio. Lo que más le llamó la atención es la capacidad que tienen los clientes de poder dejar reseñas dentro de la propia aplicación dado que podía facilitar ese trato más directo con el cliente.
"Desde que tengo Booksy no tengo ninguna cita que se borre sin previo aviso como con otros servicios. Además su atención al cliente es genial y todos son muy amables".
Inclusive con el comienzo del COVID-19, Carla ha podido favorecerse de la eficiencia de Booksy. Lo que más le ha gustado ha sido la capacidad que tiene Booksy de gestionar sus citas 24/7 y que sus clientes sientan que pueden acceder a sus servicios a cualquier hora sin limitaciones de llamadas o cierres.